Las molestias en la parte superior del cuerpo pueden tener orígenes muy diversos. Entre ellos se encontrarían ciertas patologías orales, más en concreto, las maloclusiones. Esa relación entre los dientes y el dolor cervical estaría provocada por un desequilibrio muscular y estructural de la cavidad oral, que se refleja en la columna vertebral.
Por qué se relacionan los dientes y el dolor cervical
En el equilibrio de la zona superior del cuerpo juega un papel fundamental la articulación temporomandibular, que es la que permite la masticación. Cuando la oclusión dental es la correcta, la mandíbula se encuentra en una postura estable que permite un esfuerzo mínimo a la hora de masticar.
En cambio, cuando existe una mala oclusión, los músculos faciales que se encargan del movimiento de la boca no pueden hacerlo de una forma adecuada. El resultado es que la articulación se sobrecarga y la cabeza adopta una postura forzada, causando molestias.
No todo acaba ahí. Ese desequilibrio afecta a la columna vertebral, que intenta adaptarse a esa posición anómala del cráneo. Así, las cervicales también sufren una carga excesiva y con el tiempo pueden aparecer síntomas en forma de dolor de cuello, cabeza y mandíbula, así como mareos.
¿Qué provoca las maloclusiones dentales?
Las maloclusiones representan una de las patologías más comunes de la cavidad oral. Tienen un fuerte componente genético, pero no es la única causa. Entre otras, podrían mencionarse también el bruxismo, la ausencia de piezas dentales, fracturas mandibulares, respiración bucal, artritis reumatoide o hábitos como empujar la lengua contra los dientes.
Hay que tener en cuenta, por otra parte, que la relación de los dientes y la oclusión es una relación dinámica. A lo largo de toda la vida, los dientes experimentan un movimiento natural que puede provocar disfunciones en la articulación temporomandibular y, por tanto, en la mordida.
A ese proceso biológico habría que sumar esos factores externos que pueden acelerarlo, especialmente la ausencia de algún diente. Cuando eso ocurre, el resto de las piezas tienden a desplazarse para ocupar el espacio que ha quedado, alterando así la mordida.
Prevenir y tratar desde la consulta del dentista
La ortodoncia permite corregir maloclusiones tanto de origen genético como aquellas otras derivadas de factores externos. La artrocentesis de ATM, por su parte, es un procedimiento quirúrgico sencillo cuyo objetivo es mantener los huesos de la articulación en su posición correcta. Ambos son dos tratamientos básicos que ayudan a romper esa relación entre los dientes y el dolor cervical.
Pero lo ideal es no llegar a esa situación. En el caso de los más pequeños, la ortodoncia preventiva e interceptiva ayuda a eliminar hábitos perjudiciales que, a la larga, pueden derivar en una maloclusión. También contribuye a un adecuado desarrollo mandibular y a que los dientes crezcan en su posición correcta.
Por su parte, las revisiones periódicas sirven para detectar el movimiento dental antes de que provoque disfunciones severas y frenarlo a tiempo. Y en la consulta del dentista también se tratan esos otros hábitos nocivos que pueden derivar en maloclusión, como son el bruxismo o la respiración bucal.
Quedaría por mencionar la reposición de piezas perdidas. Cubrir esos huecos cuanto antes es esencial para evitar el desplazamiento de los demás dientes. Las técnicas de implantología actuales permiten conseguirlo en una sola sesión y con técnicas mínimamente invasivas en las que el paciente apenas nota molestias y en las que el postoperatorio es muy breve.
Esa relación entre los dientes y el dolor cervical se puede romper y la salud oral es esencial para ello. Si crees que puedes tener algunos de los síntomas anteriores, pide cita en nuestra clínica dental en Xàtiva.
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