El esmalte dental es la coraza de los dientes, la que protege la corona. Formado por hidroxiapatita, es el tejido más duro del cuerpo humano, más incluso que los huesos. Sin embargo, también está muy expuesto a agresiones que pueden dañarlo seriamente.
¿Qué provoca la pérdida del esmalte dental?
Las causas son varias y de muy distinto origen. Una de las más comunes es la presencia de ácidos en la boca. Estos están producidos, en primer lugar, por algunos alimentos, especialmente café, té o zumos. Pero también pueden aparecer a consecuencia de problemas gastrointestinales como el reflujo, de ciertos medicamentos o de patologías como la xerostomía o síndrome de la boca seca.
Y también causan pérdida del esmalte dental la fricción constante en aquellas personas que padecen bruxismo o un cepillado de dientes demasiado agresivo. Todo, sin olvidar el lógico e inevitable desgaste de los dientes provocado por la edad. Por tanto, las principales causas incluyen:
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Alimentos y bebidas ácidas: Consumo frecuente de alimentos como café, té, zumos cítricos o refrescos. Estos productos contienen ácidos que desgastan el esmalte con el tiempo.
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Problemas gastrointestinales: El reflujo gastroesofágico o vómitos repetidos exponen los dientes a los ácidos estomacales, que dañan el esmalte.
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Medicamentos y enfermedades: Algunos medicamentos pueden causar sequedad bucal, lo que reduce la producción de saliva que protege el esmalte. Además, patologías como el síndrome de la boca seca (xerostomía) son factores de riesgo.
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Bruxismo: El hábito de apretar o rechinar los dientes, especialmente durante el sueño, genera una fricción constante que desgasta el esmalte de forma progresiva.
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Cepillado agresivo: Un cepillado excesivamente fuerte o el uso de cepillos de cerdas duras puede contribuir al desgaste del esmalte, sobre todo si no se utiliza una técnica adecuada.
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Envejecimiento: Con el paso de los años, es normal que el esmalte se desgaste de manera gradual, dejando al descubierto la dentina, la capa inferior del diente.
Síntomas y consecuencias
Es importante tener en cuenta que la pérdida del esmalte dental es un proceso irreversible, de ahí la importancia de prevenirlo o frenarlo, si ya ha aparecido. Cuidar la dieta, evitando alimentos ácidos o azucarados, es el primer paso.
También es importante llevar una adecuada higiene oral, empleando siempre cepillos y pastas de dientes adecuados. Y, finalmente, es imprescindible acudir al dentista en caso de bruxismo para que recomiende el tratamiento adecuado, probablemente, una férula de descarga, esta evitará rechinar los dientes de manera inconsciente al dormir.
En lo que se refiere a las consecuencias, que son también los síntomas, también pueden ser muy diferentes:
- Dientes más frágiles: la pérdida del esmalte dental aumenta el riesgo de sufrir fracturas o de que aparezcan fisuras en la superficie de los dientes.
- Sensibilidad dental: es uno de los síntomas más evidentes de pérdida del esmalte. Alimentos fríos o calientes provocan una sensación molesta y, a veces, dolorosa. Esto es así porque la dentina, que está inmediatamente debajo y se comunica con el nervio, queda expuesta.
- Decoloración de los dientes: la dentina tiene un color amarillento, por eso, cuando se pierde el esmalte, los dientes se decoloran y muestran esa tonalidad.
- Mayor riesgo de sufrir caries: al perder la protección del esmalte, el diente es mucho más sensible a la acción de las bacterias que proliferan en la boca y a la placa dental, lo que aumenta la probabilidad de la aparición de caries o infecciones.
¿Se puede reparar la pérdida de esmalte?
Aunque no se pueda recuperar el esmalte dental que se ha perdido, sí existen tratamientos que ayudan a evitar que vaya a más o que mejoran el aspecto de los dientes. Es el caso de las carillas dentales, adecuadas cuando no se ha perdido una gran cantidad de esmalte.
Un tipo de carillas ampliamente empleado actualmente son las de composite, un material que se aplica sobre el diente y se pule hasta darle la forma deseada. También tienen una gran aceptación las carillas Lumineers, que se diseñan digitalmente, se fabrican en laboratorio y se colocan después sobre la pieza dental. En ambos casos el resultado es duradero y natural y evita que la pérdida de esmalte dental vaya a más. Además, con la ventaja de que son técnicas mínimamente invasivas con la dentadura.
La alternativa son las coronas dentales, pero estas se suelen colocar cuando los daños provocados por el deterioro del esmalte son ya muy serios. En cualquier caso, debe ser siempre el dentista quien recomiende el tratamiento más adecuado de acuerdo a la gravedad del problema y las características de cada paciente.
Además de los tratamientos estéticos, es fundamental adoptar hábitos de cuidado oral para prevenir la pérdida de esmalte en el futuro. Esto incluye una dieta balanceada, el uso de cepillos de cerdas suaves y pastas dentales remineralizantes, así como acudir regularmente al dentista para controles y limpiezas profesionales.
Prevención y cuidados esenciales
La clave para evitar la pérdida del esmalte dental radica en la prevención. Aquí tienes algunas recomendaciones para cuidar tu esmalte:
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Evita alimentos y bebidas ácidas: Limita el consumo de productos como refrescos, zumos cítricos, vinagre y alimentos muy ácidos que favorecen el desgaste del esmalte.
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Usa pasta dental con flúor: El flúor ayuda a remineralizar el esmalte dental y a fortalecerlo, protegiéndolo de los efectos de los ácidos.
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Cepillado adecuado: No uses un cepillo de cerdas duras ni cepilles con demasiada fuerza. La técnica debe ser suave, en movimientos circulares, y el cepillo debe ser de cerdas suaves para no dañar el esmalte.
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Protege tus dientes del bruxismo: Si sufres de bruxismo, consulta a tu dentista para que te recomiende una férula de descarga, que evitará el desgaste del esmalte durante la noche.
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