Saber si duele llevar la ortodoncia invisible es una de las dudas más frecuentes entre aquellas personas que desean mejorar su sonrisa y conseguir unos dientes bien alineados. Y la respuesta es no. La tecnología más avanzada y nuevos materiales hacen que Invisalign trabaje de una forma muy diferente a la ortodoncia tradicional y que apenas ocasione molestias.
Es un tratamiento que pasa desapercibido en todos los sentidos. No hay alambres ni piezas metálicas que causen roces o heridas, sino alineadores transparentes hechos a medida. Tampoco quedan molestos restos de comida atrapados en los aparatos. Y además de discreta, la ortodoncia invisible facilita la higiene oral, puesto que los alineadores se pueden poner y quitar.
¿Por qué no duele llevar la ortodoncia invisible?
Uno de los motivos por los que no duele llevar la ortodoncia invisible es esa ausencia de elementos metálicos adheridos a los dientes. Pero no es el único. El secreto está en la forma en la que trabaja.
Los alineadores ejercen una presión suave sobre los dientes para que estos se desplacen a su posición correcta. Para favorecerlo, se colocan unos pequeños anclajes en algunas piezas. ¿Por qué esa fuerza que ejercen no es dolorosa? Porque los alineadores se diseñan con un modelo predictivo muy preciso.
Un complejo software prevé cuál será el movimiento dental, lo que permite diseñar diferentes alineadores para cubrir todo el tratamiento. Cuando dejan de ejercer presión solo hay que cambiarlos por el juego siguiente, normalmente cada 10 días. Con cada nuevo juego de alineadores se puede notar alguna pequeña incomodidad, pero esa ligera presión que siente es señal de que están realizando su trabajo.
En cualquier caso, hablar de molestia no implica que duele llevar la ortodoncia invisible, en absoluto. Esa sensación de presión no interfiere en la vida cotidiana y en un par de días desaparece. De no ser así, conviene consultar al ortodoncista porque podría haber un pequeño desajuste en alguna de las férulas.
El día a día con ortodoncia invisible
Como no duele llevar la ortodoncia invisible, es muy fácil seguir el tratamiento, olvidarse de que se llevan alineadores y continuar con las rutinas diarias. Se puede sonreír con confianza, hablar, tocar instrumentos o practicar deporte. Y solo hay que retirar las férulas para comer como siempre o mantener una buena higiene dental.
En otras palabras: Invisalign es mucho más cómodo que la ortodoncia tradicional y permite alinear los dientes y corregir la mordida con las mismas garantías e incluso en un plazo más breve. Simplemente hay que ser constante y llevar los alineadores el mayor tiempo posible para no retrasar la obtención de resultados.
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