Una de las primeras preguntas que suelen hacerse los pacientes antes de comenzar un tratamiento para alinear sus dientes correctamente es cada cuánto tiempo deberán visitar al ortodoncista. Lo cierto es que cada persona es diferente y el seguimiento puede variar de unas a otras, aunque sí hay unas pautas generales.
Antes de iniciar el tratamiento
La ortodoncia no tiene edad, cualquier persona puede someterse a un tratamiento. Sin embargo, en el caso de los más pequeños, la recomendación es que la primera visita al ortodoncista se realice alrededor de los seis años. Es entonces cuando erupcionan los primeros molares permanentes y cuando ya se puede observar si la mordida se desarrollará correctamente o, al contrario, hay riesgo de alguna malformación que se pueda tratar de manera precoz.
Durante el tratamiento
Visitar al ortodoncista con regularidad será necesario a lo largo de todo el tratamiento, si bien el tiempo entre una visita u otra puede variar ligeramente.
En líneas generales, se suelen realizar cada 4-6 semanas. De esta forma, el especialista puede valorar si la evolución del tratamiento es la adecuada y si es necesario introducir o no alguna medida correctora extraordinaria.
Ese tiempo que transcurre entre visita y visita no difiere mucho de unos tratamientos a otros de ortodoncia. Sí puede variar el tiempo que se pasa en consulta. En el caso de tratamientos mediante brackets, suelen ser más largas, ya que el ortodoncista debe ajustar los brackets o cambiar arcos.
No es así en el caso de Invisalign, en el que, en principio, solo es necesario observar la evolución del paciente para indicarle cada cuántos días debe cambiar de alineadores y entregarle un nuevo juego.
Casos excepcionales
También es importante visitar al ortodoncista de inmediato en caso de cualquier circunstancia anómala. Puede tratarse de un bracket que se ha desprendido o de un alineador que se haya perdido. En esos casos, lo ideal es no esperar a la cita programada, salvo que vaya a ser en muy pocos días. Una interrupción del tratamiento puede suponer un paso atrás.
Después del tratamiento
Una vez finalizado el tratamiento de ortodoncia también será necesario visitar al ortodoncista. Aunque es posible colocar unos retenedores fijos, cuya función es evitar que los dientes se muevan hacia su posición original, cada vez es más habitual el uso de retenedores removibles, que son más cómodos y facilitan la higiene.
En el caso de tratamientos mediante ortodoncia tradicional, el consejo suele ser que se lleven todo el día, excepto para comer, en los primeros meses tras finalizar el tratamiento y luego solo durante las noches. Cuando se ha optado por Invisalign, solo se deberán llevar por la noche.
Y, al igual que ocurre con los tratamientos de ortodoncia, hay diferentes tipos de retenedores. Vivera Retainers se desarrollan con la tecnología de Invisalign. Son más resistentes que otros y ofrecen una ventaja añadida: pueden corregir pequeñas recidivas, es decir, desviamientos dentales.
En ese periodo de retención será el especialista quien determine la frecuencia de las visitas, normalmente la primera se realizará entre uno y tres meses después de la finalización del tratamiento de ortodoncia. Una vez pasada esta primera fase, si no hay ningún problema, bastará con visitar al ortodoncista una vez al año, salvo que el retenedor se rompa o se pierda, en cuyo caso habría que hacerlo lo antes posible.
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