El bruxismo y el dolor de mandíbula son dos problemas mucho más comunes de lo que a simple vista pueda parecer. Y no solo son muchas personas las que lo padecen, sino que pueden tener consecuencias muy serias.
Para entenderlo mejor, conviene conocer, aunque sea ligeramente cómo es nuestra mandíbula. Esta se encuentra conectada con el cráneo gracias a la llamada articulación temporomandibular (ATM) que, en realidad son dos, una a cada lado de la cabeza. Ambas funcionan de manera sincronizada cuando hablamos, comemos, tosemos o realizamos cualquier movimiento con la boca.
Cuando aparece el dolor de mandíbula es síntoma de que la articulación está dañada o desgastada. Es lo que se llama trastorno de la articulación temporomandibular (TMD) que, según estudios del Instituto Nacional Dental y Craneofacial de Estados Unidos, puede afectar a un porcentaje que oscila entre el 5 y el 12% de la población.
TMD, bruxismo y dolor de mandíbula
El TMD puede aparecer por diferentes motivos, como pueden ser traumatismos, enfermedades reumáticas, daño nervioso, problemas dentales, infecciones óseas o dentales o, incluso, un mal ajuste de dentaduras postizas.
Sin embargo, una de las causas quizá más habituales del dolor de mandíbula es el bruxismo. Un problema muy común, pero también desconocido por la gran mayoría de las personas que lo padecen. Según datos del Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la Primera Región (COEM), alrededor del 70% de la población adulta padece esta patología, aunque no sean conscientes de ello.
El bruxismo es un movimiento de la mandíbula normalmente involuntario y que se produce especialmente durante la noche. Su característica más llamativa es el rechinar de los dientes y puede provocar no solo dolor mandibular, sino también dolores de cabeza, cuello y espalda; así como desgaste o fracturas dentales.
¿Cómo prevenir o tratar el bruxismo y el dolor de mandíbula?
El primer paso, evidentemente, es contar con el diagnóstico de un especialista en ATM. Es importante acudir al especialista en el momento en el que se tengan síntomas como dolores de cabeza o mandíbula, bloqueo o rigidez mandibular o dificultades para masticar. Un tratamiento temprano permitirá evitar consecuencias que a largo plazo pueden ser serias.
Si se trata de un problema derivado del bruxismo, el tratamiento es sencillo: una férula de descarga que impida que se rechinen los dientes mientras se duerme. En caso de infecciones o hinchazón puede ser necesario prescribir algún medicamento como antibióticos o antiinflamatorios. Solo en casos graves puede ser necesario acudir a la cirugía.
Ahora bien, ¿es posible prevenir el bruxismo y el dolor de mandíbula? No siempre, pero sí se pueden adoptar o cambiar algunos hábitos:
- Utilizar una férula de descarga o Michigan, aunque no se hayan manifestado síntomas.
- Evitar movimientos bruscos o exagerados como abrir la boca en exceso al bostezar.
- Cuidar la dieta, evitando alimentos muy duros.
- Tomar medidas para evitar la tensión muscular y el estrés, una de las grandes causas del bruxismo.
- Acudir regularmente al dentista, los profesionales pueden detectar de manera precoz cualquier síntoma de un trastorno de la articulación temporomandibular.
Si tienes dudas o crees que sufres algún síntoma preocupante, lo mejor es que acudas de inmediato al especialista. En nuestra clínica dental en Xàtiva haremos un estudio en profundidad de tu cavidad bucal para ofrecerte un diagnóstico rápido e iniciar cuanto antes el tratamiento más adecuado. No dejes pasar más tiempo y pide cita en Clínica Dental Carralero.