Hay personas cuyo mentón se muestra desequilibrado frente al resto de facciones, lo que de forma coloquial decimos como que se queda “corto”. Son personas con la mandíbula retraída, una maloclusión esquelética que puede tener consecuencias severas que van más allá de la estética, pero que es posible corregir.
Esa maloclusión se aprecia especialmente cuando la persona está de perfil: una sobremordida pronunciada en la que los dientes superiores se proyectan hacia delante y una barbilla y labio inferior retraídos. El rostro, de esta forma, carece de armonía.
Causas y efectos de una mandíbula retraída
La mandíbula retraída suele tener un origen genético. Sin embargo, también hay factores que pueden intervenir en su desarrollo, como son el hábito de chuparse los dedos, dificultades respiratorias o problemas dentales en los casos más leves.
En lo que respecta a las consecuencias, estas se desarrollan a dos niveles muy diferentes. El primero de ellos es el estético. Pacientes con retrognatia mandibular pronunciada pueden llegar a desarrollar problemas de autoestima y confianza en sí mismos por esas facciones poco armónicas.
En segundo lugar, cabe mencionar las alteraciones funcionales que provoca una mandíbula retraída. La persona puede desarrollar dificultades para masticar correctamente y deglutir, así como para articular ciertos sonidos y pronunciar correctamente. Por otro lado, con la edad, el riesgo de desarrollar apiñamiento dental o un trastorno de la articulación temporomandibular (ATM) se incrementan.
Existe una consecuencia más de la mandíbula retraída: dificultades respiratorias. Pacientes con retrognatia mandibular pueden tener las vías aéreas más estrechas, lo que significa que las posibilidades de padecer patologías como apnea obstructiva del sueño o ronquidos se incrementan.
Cómo se trata la retrognatia mandibular
La retrognatia mandibular puede manifestarse por un maxilar superior en exceso desarrollado, una mandíbula poco desarrollada o por la combinación de ambas circunstancias. El tratamiento dependerá, en buena medida, de las causas de esa maloclusión y hay diferentes alternativas:
- Ortodoncia: se opta por este tratamiento cuando el origen de la retrognatia es dental o simplemente hay que corregir una maloclusión.
- Mentoplastia: la cirugía de mentón se suele emplear en pacientes que tienen una buena mordida. En este caso, se busca dar volumen al mentón y remodelarlo para que el rostro adquiera equilibrio.
- Cirugía ortognática: con ella lo que se consigue es adelantar esa mandíbula retraída para colocarla en el lugar adecuado. Esta puede ser monomaxilar, cuando solo es necesario intervenir en el maxilar inferior, o bimaxilar, cuando también es necesario hacerlo en el superior. En algunos casos, esta cirugía se combina con una mentoplastia o requiere de tratamiento ortodóncico posterior.
El objetivo de cualquiera de los tratamientos es que el paciente recupere calidad de vida, armonizando su rostro y corrigiendo esos problemas derivados de una mandíbula retraída. Es importante, por ello, acudir solo a centros especializados, puesto que es necesaria una valoración exhaustiva del paciente para determinar el tratamiento adecuado.
En Carralero Clínica Dental Avanzada contamos con equipos radiológicos de última generación que nos permiten realizar un diagnóstico preciso. El Dr. Eugenio Sahuquillo está capacitado para abordar la retrognatia mandibular mediante cirugía ortognática. Recuperar la armonía facial y funcionalidad de la boca es posible. Pide cita ya en nuestra clínica dental en Xàtiva.