Desde hace tiempo se ha considerado que el hábito de fumar es un factor de riesgo importante en el desarrollo de la periodontitis. Fumar dificulta el flujo de sangre a los tejidos periodontales, evitando que el organismo reaccione con una respuesta inmune eficaz e inhibiendo también la cicatrización de los tejidos después del tratamiento de la periodontitis.
Un estudio reciente examinó el efecto de dejar de fumar en un grupo de pacientes que iban a someterse a tratamiento no quirúrgico de la periodontitis. Los investigadores comunicaron que los pacientes que habían dejado de fumar cicatrizaban mejor y vieron una mejoría en la profundidad de sondaje de las bolsas periodontales, al compararse con los pacientes que no habían dejado de fumar.