La periodontitis es una patología con una elevada prevalencia. Hay estudios que indican que en España la sufren 1 de cada 3 adultos. Se puede prevenir y en sus estadios iniciales es reversible. Sin embargo, cuando ha avanzado se considera como una enfermedad crónica y es fundamental iniciar un tratamiento periodontal adecuado para frenar su progresión.
¿Qué síntomas presenta la enfermedad periodontal?
La periodontitis es una patología que ofrece una sintomatología clara. En el inicio de la enfermedad, en la fase de gingivitis, el principal síntoma es el sangrando de encías, acompañado de inflamación y de enrojecimiento de esos tejidos que soportan el diente. El motivo es, fundamentalmente, la acumulación de sarro. Pero existen otros factores de riesgo, como la genética, el tabaquismo, diabetes o patologías cardiovasculares y respiratorias.
Si no se realiza un tratamiento periodontal adecuado, la gingivitis seguirá progresando y derivará en una enfermedad periodontal. En fases avanzadas, además de esos síntomas, aparecen bolsas periodontales en las que se acumula la placa y recesión de encías. También pueden aparecer halitosis y sensibilidad en los tejidos. Y, si no se realiza un tratamiento periodontal, la sensibilidad de las encías será mayor, aparecerá movilidad dental y las piezas pueden incluso llegar a caerse.
Por lo tanto, es muy importante prestar atención a síntomas como sangrado o inflamación de encías. En caso de que aparezcan, lo aconsejable es acudir de inmediato al dentista para que pueda realizar un diagnóstico preciso y, según el estadio en el que se encuentre la enfermedad, iniciar un tratamiento periodontal adecuado.
Un tratamiento periodontal para cada fase de la enfermedad
El tratamiento periodontal dependerá de la progresión de la patología. En sus inicios, una profilaxis dental ayudará a frenar su avance y revertir sus síntomas. Una higiene oral exhaustiva, controles anuales y limpiezas profesionales periódicas son imprescindibles para el control de esa gingivitis. Pero, cuando esta ha derivado ya en enfermedad periodontal será necesario otro tipo de tratamientos.
Raspado y alisado radicular
Es lo que comúnmente se conoce como curetajes. Este tratamiento periodontal se realiza con anestesia local y consiste en una limpieza profunda por debajo de la línea de la encía. El objetivo es eliminar las bolsas periodontales en las que se acumulan bacterias, así como el sarro acumulado bajo la encía.
Una vez que se ha realizado el raspado, se procede a pulir la raíz del diente para eliminar completamente las bacterias que puedan permanecer en ella.
Cirugía periodontal
Es un tratamiento periodontal que se realiza en fases avanzadas de la enfermedad, cuando las bolsas periodontales son profundas y no se pueden alcanzar con el instrumental empleado en curetajes. En ese caso es necesario levantar la encía para poder realizar una limpieza en profundidad de la zona afectada.
En algunos casos, este tratamiento periodontal puede ir acompañado de otros destinados a mejorar el soporte dental que se ha perdido con la evolución de la enfermedad. Se trataría de la realización de injertos de encía, de hueso o de ambos.
Otra posibilidad es la estimulación de la regeneración de los tejidos perdidos. Se puede realizar de diferentes formas, pero el objetivo es el mismo que se persigue con los injertos.
La prevención, fundamental
La enfermedad periodontal se puede prevenir y, en sus inicios incluso se puede revertir. Para ello, es necesario cuidar la higiene oral. Pero los avances médicos permiten mucho más. Por ejemplo, mediante análisis genéticos se puede prever la posibilidad de que un paciente desarrolle la enfermedad, o incluso, analizar qué tipo de bacterias son las dominantes en su boca para iniciar tratamientos preventivos específicos.
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