🎉 2024 vendrá cargado de grandes sorpresas

Conserva tu dentadura y prevén lesiones y enfermedades

Los avances en odontología se suceden con rapidez. Existen tratamientos muy efectivos para reponer piezas perdidas, sin embargo, por mucho que puedan imitar a los dientes naturales, nunca serán iguales.

Cuando una pieza está dañada por caries o cualquier otro motivo, el último recurso será siempre la extracción. La endodoncia rotatoria permite conservar el diente enfermo o deteriorado y, a la vez, evitar el riesgo de infecciones o de traumatismos que supone no tratarlo.

¿Qué es y cuándo es necesario realizar una endodoncia?

La endodoncia, lo que popularmente se denomina como “matar el nervio”, es un tratamiento cuyo objetivo es extraer la pulpa lesionada o necrosada por una caries profunda, una periodontitis o un traumatismo dental y eliminar todo rastro de bacterias que haya en los conductos internos del diente. Una vez limpios y desinfectados, se procede a obturarlos para salvar la pieza y evitar nuevas infecciones.

Dolor intenso, sensibilidad, una coloración oscura del diente o la aparición de un flemón son signos de que puede existir una lesión o una infección que deba ser tratada mediante endodoncia para evitar que el problema se agrave hasta el punto de tener que extraer el diente.

¿Cómo funciona la técnica de endodoncia rotatoria?

Existen diferentes técnicas para realizar endodoncias, pero el sistema rotatorio, gracias al uso de un instrumental específico, permite reducir el tiempo del tratamiento y asegurar una mejor limpieza y obturación de los conductos. El tratamiento pasa por diferentes fases:

Una endodoncia rotatoria es un procedimiento complejo, sin embargo, se puede realizar en una sesión y con anestesia local. En algunos casos será necesario prescribir antibióticos antes de iniciar el tratamiento y siempre habrá que acudir a revisiones posteriores.

¿La endodoncia es un tratamiento definitivo?

En la mayoría de los casos, sí lo es. El diente tratado con una endodoncia se puede mantener en perfecto estado de forma indefinida. Pero es importante que el paciente no descuide su higiene oral y se someta a las revisiones periódicas que le aconseje el especialista.

Solo en muy pocos casos puede surgir alguna complicación, generalmente derivada de características particulares de los conductos. Si estos son especialmente estrechos o curvos, pueden dificultar en grado extremo la limpieza y facilitar una reinfección. En ese caso, será el odontólogo quien determine la mejor solución: repetir la endodoncia, realizar un procedimiento quirúrgico o extraer la pieza.

A pesar de ello, la posibilidad de complicaciones es ínfima. La técnica de la endodoncia rotatoria permite llegar mejor a todos los huecos y facilita la obturación. Gracias a ello se consiguen resultados satisfactorios y, sobre todo, definitivos.

Ventajas de la endodoncia rotatoria

Limpieza más profunda

La endodoncia rotatoria emplea limas de níquel-titanio de gran flexibilidad que alcanzan todo el conducto radicular sin ocasionar daños. Además, la vibración del instrumental consigue que, el líquido que se emplea en esa limpieza y desinfección, llegue a todos los rincones. No solo en el vaciado, en la obturación se consigue una mayor eficiencia.

Rapidez

Las limas empleadas en la endodoncia rotatoria están mecanizadas. Esto implica que la velocidad a la que se realiza el tratamiento es mucho mayor que en otras técnicas, sin que por ello se vean afectados los resultados.

Menos molestias

Para el paciente, la endodoncia rotatoria es más cómoda. En primer lugar, porque se emplea menos tiempo en su realización. Y, en segundo lugar, porque es una técnica menos agresiva y menos molesta a posteriori. Además, solo es necesaria la aplicación de anestesia local para su realización.

Permite conservar la pieza

La endodoncia es el único tratamiento que permite conservar el diente una vez que la infección ha llegado a la raíz. De esta manera se evitan los problemas derivados de la extracción y ausencia de piezas dentales (movilidad del resto de los dientes o pérdida de hueso) y también el gasto que puede suponer la necesidad de sustituir el diente con una prótesis y/o un implante.